Aprende a Depender de Dios
Atrévete a tener un día la cuenta vacía, no porque te falte, sino porque tú decidiste creerle a Dios. Dile: Señor, este poquito que tengo en mis manos, para mí no es suficiente, pero si lo pongo en tus manos, tú lo puedes usar, y hacer que me sobre.
Ante la necesidad, ante la crisis, es importante que mantengas tu fe, y que no te conviertas tú en el necesitado. Lo que Dios ha puesto en tu mano, tú lo puedes multiplicar.
La multitud siempre necesita. Son unos pocos los que dicen: Con esto que yo tengo, es más que suficiente; voy a repartir, y me va a sobrar.
Seguramente, muchas veces has tenido que hacer mucho, con poco. Imagina cuando ese poco lo pones en las manos de Dios; cuando lo pones en las manos de Dios, tiene que sobrar.
Tienes que cansarte de que te haga falta. Ya es momento de que te sobre.
Lo que pasa es que pensamos que necesitamos de más para hacer grandes cambios, cuando realmente lo que necesitamos es un poco, en las manos de Dios. Un poco en las manos de Dios puede hacer que una multitud coma, y que sobre.
Lo peor que puede pasar después de un tiempo de crisis, es que la crisis se vaya, y se quede en tu mente, y que vivas toda la vida como un necesitado. Levántate creyendo en prosperidad, y olvídate de las críticas, y los comentarios de la gente.
Créele a Dios que él multiplica tu ofrenda. Y si te dicen que Dios no se mete en eso, tú respuesta debería ser: Tu dios no se mete en eso, pero el mío sí, y a mí me va a sobrar.
"Todo lo que ha cambiado el mundo es una idea. Y al Dios al que tú le sirves, le sobran las ideas."
No podemos mirar al banco, ni podemos mirar al mundo. Tenemos que entender que hay un Dios que suple todas nuestras necesidades, conforme a sus riquezas en gloria. Y es Dios el que ha determinado que te va a sobrar. Él no tiene problema en que te sobre, él no tiene problema en que haya de más; él lo que tiene problema es en que tú te veas toda tu vida como un necesitado.
No te veas nunca más como un necesitado. Tú no eres un necesitado. Lo que tú necesitabas ya tú lo tienes dentro de ti. Lo que hace falta para que una vida financiera cambie es una idea. Las corporaciones, no son un edificio, y tampoco son un producto, sino una idea. La iglesia no es un edificio, ni un producto; la iglesia es la idea más poderosa de Dios en la tierra. Lo que mueve a la iglesia es una idea, una verdad, una palabra.
Todo lo que ha cambiado el mundo es una idea. Y al Dios al que tú le sirves, le sobran las ideas.
Tú tienes acceso a la mente más poderosa: la mente de Cristo. Tus pensamientos no son sus pensamientos, ni tus caminos, sus caminos. Dile a Dios que te dé una idea. Atrévete a pedirle.
Deja de verte como un necesitado, y conviértete en la persona que suple. Si crees que lo que tienes en tus manos no es suficiente, y que no te alcanza, entonces ponlo en las manos de Dios, y créele que, por tú ponerlo en sus manos, él lo va a multiplicar, y te va a sobrar.
Atrévete a tener un día la cuenta vacía, no porque te falte, sino porque tú decidiste creerle a Dios. Dile: Señor, este poquito que tengo en mis manos, para mí no es suficiente, pero si lo pongo en tus manos, tú lo puedes usar, y hacer que me sobre.
No hace falta miles de personas para alimentar una multitud. Todo lo que hace falta son doce que crean.
Tú no eres de la multitud. Tú eres de los que les sobra. En esas mismas manos en las que, hasta hoy, habías visto escasez, prepárate para ver multiplicación.
Pastor Roberto Ramírez
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