Cambia tu Temor en Adoración
Bendiciones
Cuando tu recibes lo de Dios, en un instante, tu miedo se convierte en un momento de adoración y de expectativa. Le pido a DIos que hoy tú cambies tu temor en adoración.
En Lucas 1, se nos habla acerca de María, una joven muy especial, y no solo por haber llevado a Jesús en su vientre. En la Biblia, dos mujeres tuvieron un privilegio que ninguna otra tuvo: Cargar dentro de sí a su propio libertador. Estas son: Jocabed, quien cargó en su vientre a Moisés, gran libertador de Israel de la esclavitud en Egipto; y María, quien cargó, no tan solo al Libertador del mundo, sino a su propio Libertador. Esto traía una gran responsabilidad a la vida de estas mujeres, un gran reto; ambas tuvieron que enfrentar el proceso, en medio de momentos hostiles, donde su vida se encontraba amenazada.
El ángel Gabriel le dice a María que es bendecida y favorecida, preparándola mentalmente; porque tú no puedes recibir lo que el ángel te va a decir, si primero no entiendes que, lo que te va a decir es porque eres privilegiado, porque has hallado gracia ante Dios. María recibió aquella palabra y, más adelante, llega a casa de Elizabeth, quien estaba embarazada de Juan, el bautista. El bebé en el vientre de Elizabeth brincó, confirmando que, lo que María cargaba dentro de ella, era algo especial. Aquella interacción cambió la vida de estas dos mujeres. Ellas cargaban algo dentro de ellas, que no les estaba dejando vivir la vida plena de Dios. Al principio, lo que cargaban trajo confusión a sus vidas. A María, aquello podía costarle su matrimonio con José, podía costarle su reputación; el aceptar aquel reto no era cosa fácil. El esposo de Elizabeth, al recibir la noticia, quedó mudo. Dios estaba trabajando con estas dos mujeres, pero ellas estaban en medio de confusión. Ahora, al unirse, no es que el problema se solucionara, la situación externa no había cambiado, pero el interior de ambas comenzó a cambiar; algo comenzó a decirles: Hay esperanza, todo va a estar bien, esto que estamos llevando es de Dios y nos va a traer libertad.
"46 Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; 47 Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. 48 Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. 49 Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre, 50 Y su misericordia es de generación en generación A los que le temen. 51 Hizo proezas con su brazo; Esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones. 52 Quitó de los tronos a los poderosos, Y exaltó a los humildes. 53 A los hambrientos colmó de bienes, Y a los ricos envió vacíos. 54 Socorrió a Israel su siervo,
Acordándose de la misericordia 55 De la cual habló a nuestros padres, Para con Abraham y su descendencia para siempre." Lucas 1:46-55
María era una jovencita desposada, y un ángel le dice que Dios la escogió, para dar a luz un Hijo, que se llamaría Jesús. Y ella lo aceptó, diciendo: Hágase conmigo conforme a tu palabra. Pero, después de aceptarlo, tiene que haberse cuestionado: ¿Cómo le digo a José? ¿Y a mi padre? Entonces, fue a casa de una que estaba pasando por lo mismo; ambas estaban confundidas. Comienzan a hablar y, de repente, entienden lo que está pasando, y el miedo se convierte en un momento de adoración. Cuando tú recibes lo de Dios, en un instante, tu miedo se convierte en un momento de adoración y de expectativa. Esa es la verdadera vida plena de Dios; pero esto solo ocurre, cuando hay un cambio en tu corazón.
Hay gente que, sin importar los cambios a su alrededor, todo les aterra, les da miedo. Quieren que Dios haga cosas en su vida, y Dios está complaciéndolos con los cambios que ellos mismos han pedido, pero entonces, se llenan de miedo ante esos cambios. Dios te cambia el trabajo, pero ahora le tienes miedo al nuevo trabajo; Dios cambia tus situaciones, pero ahora le tienes miedo a lo que vas a enfrentar. Pueden cambiar tus circunstancias externas, pero si tu corazón no cambia, no importa lo que esté pasando afuera, porque es tu corazón el que va a determinar cómo es que tú vas a vivir. Aprende a recibir las cosas de Dios, no necesariamente con un corazón de fe, sino con un corazón obediente.
Tu vida comienza a cambiar, y tú comienzas a disipar el temor en tus decisiones, cuando aprendes a no cuestionar a Dios, sino obedecerle. Cuando oyes la palabra de Dios y aceptas lo que Dios te está pidiendo que hagas, simplemente por obediencia, aunque no entiendas todo lo que va a implicar, y te sometes, has dado el primer paso que tú necesitas para que Dios comience a llevarte, poco a poco, hacia el destino pleno que Él tiene para tu vida. De lo contrario, siempre te quedarás con la incertidumbre de lo que pudo ser.
Para poder vivir la vida plena de Dios, en medio de tus temores e interrogantes, hay algo que nunca puedes dejar de hacer, y es obedecer a Dios. Cuando tú no entiendes las cosas, obedece; di como María: Hágase conmigo conforme a tu palabra. Un corazón obediente es un corazón que Dios puede usar. Una persona que aprenda a obedecer a Dios, a pesar de lo que su mente le dice, Dios puede hacer con ella lo que no puede hacer con otros.
En medio de tus confusiones, atrévete a obedecer lo que Dios te ha dicho que hagas. Dile a Dios: Haz como tú has dicho que se va a hacer en mi vida. Obedece la voz de Dios. Acepta lo que dice su Palabra. Cuando comiences a vivir en obediencia, habrás comenzado a moverte poco a poco a tu lugar correcto, te rodearás de la gente necesaria para poder ampliar tu manera de pensar y ver el plan de Dios para tu vida.
Pastor Roberto Ramírez
Tema: Cambia tu Temor en Adoración
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