BendicionesCualquiera que haya sido la plaga que se haya querido meter en tu casa, la declaro fuera, en el nombre que es sobre todo nombre, y creo contigo que tu familia va en camino a una nueva temporada, a un nuevo tiempo. Recibe esta palabra.
En Éxodo 12, vemos el primer momento en que se instituye la celebración de la Pascua. Aquel era el momento crucial en que el pueblo de Israel tenía que salir de la tierra de Egipto.
"4 Mas si la familia fuere tan pequeña que no baste para comer el cordero, entonces él y su vecino inmediato a su casa tomarán uno según el número de las personas; conforme al comer de cada hombre, haréis la cuenta sobre el cordero." Éxodo 12:4
Una de las instrucciones que Dios les da es que no se desperdiciara nada del cordero, y que todos debían quedar satisfechos. Todos debían quedar satisfechos, según su comer.
Era vital que se sentaran en familia a celebrar la Pascua, porque cada padre debía contarles a sus hijos de dónde Dios los había sacado. Es un problema no conocer nuestra historia, lo que ha pasado, las bendiciones que tenemos. En Israel, aun los pequeños conocen las luchas que ha habido, conocen por qué se lucha. Pero nosotros, al desconocer nuestra historia, olvidamos lo que hemos conseguido, lo que sí tenemos. Quizás tus hijos se han criado en un ambiente cristiano, y lo dan por sentado, como si todos los jóvenes se criaran de igual manera; entonces, no entienden de dónde salió ese buen ambiente en el que han crecido. Lo que tienen no es un derecho adquirido, ganado, sino un privilegio que han tenido.
Si le sirves al Señor, la vida que tú tienes hoy no es la misma que otros están teniendo. Tienes dificultades, pero los problemas no tienen el mismo efecto en ti porque la protección que tú tienes hace que tú puedas experimentar otras cosas que otros no están viviendo. Lo que tú eres hoy es por un acto providente de la mano de Dios, que un día intervino en tu vida.
Dios mandó a Moisés a decirle a faraón: Deja a mi pueblo salir. Desde ese día comenzó la salida del pueblo de Israel de Egipto, para llevarlos a la tierra prometida. De igual manera, desde el cielo, se ha oído la voz de Dios que ha dicho que te dejen salir, y ya comenzó la salida de tu vieja vida a todo lo que Dios quiere para ti. No has llegado a la tierra prometida, pero de seguro vas de camino. Quizás no sepas por dónde caminar, pero sabes todo lo que tú necesitas saber, y es que Dios va contigo. Siempre ha sido el deseo de Dios que tu familia salga de la opresión que el mundo quiere poner, que vivan bajo la protección de la sangre de Cristo. Antes de sacarlos de Egipto, Dios libró al pueblo de la muerte estando todavía dentro de Egipto. Dios no tiene que sacarte de Egipto para liberarte; lo que tienes que asegurarte es que Egipto no se meta en tu casa. Que lo que haya en tu mesa sea el cordero, y que tus hijos entiendan que lo que tú tienes hoy, no vino de la nada, sino porque la gracia de Dios está sobre tu vida, porque un día tú pusiste la sangre del Cordero, y lo que toca al mundo no puede tocar tu casa.
En tu casa no tienen que entrar todas las plagas que están entrando en tu país. Sienta a tus hijos a la mesa, y hazles saber en quién tú has creído, hazles saber que por causa de la sangre de Cristo hay libertad para tu casa y que, de otra manera, tú no estarías donde estás hoy. Y, si les ha librado dentro de Egipto, pronto saldrán a la tierra que Él les ha prometido.
Cualquiera que haya sido la plaga que se haya querido meter en tu casa, la declaramos fuera, en el nombre que es sobre todo nombre, y creemos contigo que tu familia va en camino a una nueva temporada, a un nuevo tiempo.
"2 Este mes os será principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año." Éxodo 12:2
Esto es lo que estamos creyendo. Este tiempo marca un nuevo principio para tu familia, y tú podrás dar testimonio de que el Dios al que tú le sirves cumplió su palabra sobre tu vida y la de los tuyos.
Pastor Roberto Ramirez