Jacob sale huyendo, y llega a un cierto lugar, donde ve cielos abiertos y Dios le hace promesas. Si vamos a la escritura, vemos que Jacob despertó dos veces en esta historia:
"16 Y despertó Jacob de su sueño..." Génesis 28:16
"18 Y se levantó Jacob de mañana..." Génesis 28:18
Cuando Jacob despertó de su sueño, no fue cuando se levantó de mañana. Todavía estaba de noche, cuando él estaba soñando, y fue ahí que despertó a una realidad que nunca había visto. Y, cuando se levanta al otro día, tiene un segundo despertar.
Lo que te hace a ti vivir una vida seguro en Dios, es cuando experimentas en tu vida estos dos amaneceres. Si te encierras en tus problemas y lo único que puedes pensar es que las cosas van de mal en peor, pierdes de vista la presencia de Dios y lo maravilloso del lugar en el que te encuentras. Por eso, es necesario que despiertes del sueño en el que te has encontrado por tanto tiempo ya, y que despiertes a la realidad de Dios.
Jacob tuvo estos dos despertares. En medio de la noche, en medio de la oscuridad, el sueño de Dios le hizo despertar. Aquello no era una pesadilla. Jacob se encontraba en medio de la noche, en un lugar oscuro, un lugar que pudiera ser de preocupación, de temor; y, en medio de esa noche, Jacob se despierta a la realidad del sueño de Dios para su vida. Su alrededor estaba oscuro, no era motivo de esperanza; él no sabía para dónde iba porque no podía ver a su alrededor, pero algo lo despertó en aquella noche, con la seguridad de que Dios le daría una nueva victoria, de que Dios lo llevaba a un nuevo lugar.
El primer despertar que debe haber en tu consciencia, lo experimentas en medio de los lugares oscuros de tu vida; no es cuando todo está bien, no es cuando es de día, sino cuando todo se ve oscuro, que puedes despertar a la realidad de que Dios va contigo. El salmista decía: Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo. Cuando despiertas a la realidad de que Dios va contigo, eres capaz de caminar por el valle de sombra de muerte.
En medio de tu oscuridad, despierta a la realidad de que el cielo y las promesas siguen vigentes; y, para aquellos que hemos recibido las promesas de Dios, hay una escalera para ascender hasta alcanzarlas. Pídele a Dios que tu corazón despierte, en medio de tu noche, en medio de tu peor circunstancia. Oye a Dios decirte: Lo único que te queda es ascender; yo voy a hacer que tú subas, hasta que alcances todas las promesas que te he dado.
Luego de su primer despertar, Jacob tuvo su segundo despertar. Es aquí que muchos, lamentablemente, fallan. Muchos dicen tener el primer despertar con Dios, pero nunca quieren despertar en la mañana, para hacer lo que se tiene que hacer, para que esa promesa divina que recibieron en visión, se cumpla en su vida. Los cristianos no se abandonan a la suerte, pero espiritualizan la suerte, diciendo: Que sea la voluntad de Dios. Pero, si Dios te dijo su voluntad durante la noche, entonces, en la mañana, tú debes caminar de acuerdo a la voluntad que te fue revelada en la noche.
En tus peores noches, Dios te abre los cielos y te revela la conexión entre el cielo y la tierra, te muestra la escalera, el camino en ascenso para ti; cuando llegue el momento de actuar por la mañana, camina en base al sueño de Dios para tu vida.
Jacob despertó del sueño, a la realidad de que Dios estaba en aquel lugar, de que Dios estaba con él. En aquella noche oscura, su consciencia despertó para entender que el cielo no se había cerrado, sino que estaba abierto para él. Qué grande cuando Dios te habla, en tu momento más oscuro, en tus momentos más difíciles. En medio de la noche, Dios le dijo a Abraham que saliera de su tienda y viera las estrellas, y le dijo: Así será tu descendencia.
Dios siempre te da una visión para la noche, para tus momentos difíciles; pero, al otro día, tú tienes que levantarte y decidir caminar por ese camino, sin saber totalmente para dónde vas, pero sabiendo que despertaste a una mayor realidad, en medio de tu noche. Al otro día, Jacob se levantó de mañana, y comenzó a caminar, y le hizo un voto a Dios. El primer despertar, se lo dio Dios; pero, el segundo, tenía que hacerlo Jacob. El tenía que levantarse aquella mañana, y decir: Mi vida va a cambiar para siempre; voy a caminar hoy con la firmeza del despertar que tuve en mi peor noche.
Si tú no has tenido ese primer despertar, pídele a Dios que dé la experiencia. Si ya despertaste a esa realidad donde, en tu interior, sabes que es el deseo de Dios que tú subas, que no desciendas más, sino que crezcas y te desarrolles, y has entendido que el cielo y la tierra están en conexión divina, entonces, no camines más en base a la oscuridad que viviste, sino en base al sueño que Dios te dio, en medio de tu peor oscuridad.
Pastor Roberto Ramírez
Siempre leemos los comentarios de cada mensaje. Es un verdadero gozo y un privilegio que Dios nos permita bendecir tantas vidas, aún a la distancia. Compártenos siempre cómo esta palabra ha bendecido tu vida.