Poder Compartido
Bendiciones
Evita que tu hogar se convierta en uno tóxico, y si ya lo es, tu tienes el poder y la autoridad para ayudar a que tu familia sane las heridas que los han llevado hasta este estado. Reciobe esta palabra.
"36 Y Esaú respondió: Bien llamaron su nombre Jacob, pues ya me ha suplantado dos veces: se apoderó de mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición. Y dijo: ¿No has guardado bendición para mí?" Génesis 27:36
Entre los retos que tendrás que enfrentar, está la gente tóxica dentro de la familia. Las relaciones familiares se pueden volver tóxicas, problemáticas. Muchos de los hombres y mujeres de Dios en la Biblia tuvieron que luchar con familiares tóxicos. Aun los más grandes problemas familiares en la Biblia fueron dentro de los mismos círculos familiares, por la envidia, los celos, entre otros. Los hermanos de José lo vendieron a la esclavitud por envidia; a David, sus hermanos lo menospreciaron, y Jacob era detestado por Esaú por haberle robado lo que, por tradición, le pertenecía.
Antes de morir, Isaac se le acercó a Esaú, el primogénito, y le dijo que le preparara un guiso para bendecirlo después de comer. Rebeca, su madre, había escuchado todo y se adelantó, preparó el guiso y vistió a Jacob como Esaú para que Isaac le bendijera a él. Es por esta razón que Esaú se expresa de esta manera en el versículo 36; se refería a esta ocasión y la ocasión en que el mismo Esaú le vendió a Jacob su primogenitura por un plato de comida. Toda familia, al igual que la de Jacob, tiene sus problemas; y esta historia es el ejemplo de esto. Pero tu familia no tiene porqué terminar de la misma manera. Si logras ver los problemas que existen en tu hogar, podrás ayudar a tu familia a sanar su corazón, o si no existen, les ayudará en el intento de evitarlos.
Si hay algo con lo que se debe tener cuidado en el hogar para que no se convierta en un lugar tóxico, es la lucha de poder. En los hogares, siempre existe la lucha de poder, pero esto se puede evitar, si se entiende que el poder de una familia nunca recae sobre una persona, sino que recae sobre todos en la familia. Esta lucha sucede a causa de las experiencias de cada individuo durante su desarrollo; por esto, a veces, unos tienden a manifestarse más fuertes que otros. En su desarrollo, estas personas tuvieron que adoptar unos roles en particular, que ahora los transfieren a la nueva familia. Por eso, tu familia debe mantenerse enfocada en su propio hogar y pensamientos, dándole la mayor importancia al núcleo familiar, y enfatizando que ninguno es más poderoso que otro, ni tiene que dominar a otro.
El dominio de un familiar por encima del otro, viene a causa del pecado. Esto se ve cuando, a causa del pecado de Adán y Eva, Dios le dice a Eva: Adán se va a enseñorear de ti. Originalmente, no era así; la idea era que tanto el hombre como la mujer estuvieran en igual autoridad, pero tan pronto entran los pensamientos y conversaciones negativas, uno toma la posición de dominar al otro. Muchos han sido víctimas de algunos que tratan de controlar los lugares a donde van, donde viven, lo que hacen, lo que piensan; siempre hay una batalla y ahí es donde llega la rebeldía. Debes entender que esa lucha de poder tiene que acabar. En el matrimonio, Dios les ha dado autoridad a ambos, así que debe haber respeto mutuo. Con los hijos, aunque se está en autoridad, esa autoridad no debe utilizarse para manipular y controlarlos. Tu trabajo es encaminar a tus hijos a lo que Dios quiere que ellos sean, y no a lo que tú quieres. La Palabra dice "Instruye al niño en su camino..." (Proverbios 22:6); Dios le ha dado un camino a cada niño, y tú debes dirigirlo, enseñarle, para que camine en él, y nunca se aparte; tú eres solo el facilitador de sus vidas. Tienes que bajar tus emociones, y hacer el trabajo correcto con tu familia, para evitar esa guerra de poder.
Otra cosa que provoca problemas en la familia son las fronteras débiles, los pocos límites que hay en la familia. Hay familias que se pasan juntas en todo momento, no tienen privacidad ni en su habitación, ni en el baño. Como padres y autoridad, se tienen que respetar los límites en el hogar, y saber que cada individuo debe tener su espacio, y libertad en su manera de pensar; en el hogar, se debe crear un balance entre autoridad y libertad. De igual manera, los hijos tienen que saber que hay límites con los padres, en su manera de expresarse. Lamentablemente, cuando no está esto, lo que se tiene es una familia que parece ser unida pero es enfermiza. Dios puso a los hijos para que los entregues al mundo; te reunirás con ellos en ocasiones especiales, pero ellos tienen que seguir sus vidas.
Evita que tu hogar se convierta en uno tóxico, y si ya lo es, tú tienes el poder y la autoridad para ayudar a que tu familia sane las heridas que los han llevado hasta ese estado. Recuerda que esa autoridad no es sinónimo de que tú tienes el poder absoluto en tu familia, sino que todos tienen poder por igual. Ese poder les ayudará a vivir cada uno su propio camino, creando límites saludables entre cada miembro de tu núcleo, para que puedan vivir vidas sanas, creando relaciones familiares sanas. Enfócate en el propósito de Dios para tu vida, y ese es ayudar a tu familia, empoderarla para ser todo lo que Dios diseño que fuesen.
Pastor Roberto Ramírez
Tema: Poder Compartido
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