Reordena Tus Prioridades
Bendiciones
Imagínate el siguiente escenario: Estás ocupado en tu oficio, trabajando o estudiando como lo haces diariamente, y de repente se te aparece Jesús y te dice: "Sigueme". Acto seguido, se da la media vuelta y comienza a caminar.
¿Qué harías? ¿Cómo responderías a este desafío? Eso fue lo que le ocurrió a un hombre llamado Leví, quien se encontraba sentado en la mesa de los tributos. Era cobrador de impuestos, a quien algunos temían, y muchos odiaban. Pero Jesús no vió su condición u oficio como un impedimiento, pues conocía el corazón hambriento de Leví; hambriento de cambios, hambriento de propósito.
Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, sentado en el lugar de los tributos públicos. Y le dijo:¡Sígueme! Él, dejándolo todo, se levantó y le siguió. (Mt 5:27,28)
Quizás Dios no está demandando un cambio drástico en tus ocupaciones diarias como en el caso de este hombre, pero definitivamente te está hablando acerca de un reordenamiento de prioridades en este nuevo año.
Me impresiona la oración que hizo Jesús en Juan 17:4. Le dijo al Padre
Yo te he glorificado en la tierra, he acabado la obra que me diste que hiciese.
"Pídele a Dios que te llene con su Espíritu, que abra los ojos de tu entendimiento y que guíe tus pasos hacia la vocación para la que Él te llamó."
Medita por unos momentos en lo que dijo Jesús. ¿No te parece asombroso que habiendo aun tantas necesidades en Israel (tantos ciegos, cojos, y endemoniados) Jesús haya hecho esa declaración? Sin embargo, lo dijo porque sabía que había cumplido cabalmente con la misión que el Padre le había encomendado.
Él dijo: "He acabado la obra que me disteque hiciese." Cada una de sus actividades había estado en perfecta armonía con el plan de acción que su Padre le había dado, por lo que cada esfuerzo de su ministerio lo acercó a la meta, al premio del Supremo Llamamiento de Dios.
Hazte la siguiente pregunta: ¿Estoy convencido de que la obra que estoy realizando la he recibido de Dios? Y no me refiero únicamente a tu servicio cristiano, sino a cada actividad que realizas en tu vida diaria.
La Ley de Pareto dice que, en general, el 80% de nuestros esfuerzos producen el 20% de nuestros resultados, mientras que el 20% de nuestros esfuerzos producen el 80% de nuestros resultados.
¿Será posible que estoy invirtiendo mucho tiempo, dinero y esfuerzo en cosas que no concuerdan con los planes de Dios para mí, y que me distraen de mi propósito verdadero? ¿Será esa la razón por la que no he encontrado una verdadera satisfacción y contentamiento en el corazón? Será por eso que no estoy viendo los resultados que desearía ver?
Un servicio nuevo nos provee la oportunidad de reordenar nuestro enfoque.
Pídele a Dios que te llene con su Espíritu, que abra los ojos de tu entendimiento y que guíe tus pasos hacia la vocación para la que Él te llamó.
Por eso yo, prisionero en el Señor, os exhorto a que andéis como es digno del llamamiento con que fuisteis llamados. (Ef 4:1)
Pastor Roberto Ramírez
Tema: Reordena Tus Prioridades
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