Resiste
A todos nos llega el día malo. En la Biblia, vemos la historia de Job, recto ante Dios, pero le llegó su día malo. Y varias personas vinieron a él; su esposa, y tres amigos. Job había estado ahí para otros, pero ahora, en su día malo, estaba rodeado de gente que no se compadecía de él.
“4 Si tus hijos pecaron contra él, El los echó en el lugar de su pecado.” Job 8:4
En otras palabras, Bildad, amigo de Job, estaba diciendo: Si Dios mató a tus hijos, es porque se lo merecían. La misma religión nos ha enseñado que todo el mal que nos pasa es porque, de alguna manera u otra, muchas veces, nosotros lo provocamos. Pero la realidad es que hay cosas que te pasan que tú no has provocado. Hay cosas que te ocurren que han sido producto de las malas decisiones de otros.
Evita en tu vida los Bildad. Los Bildad son aquellos que te van a echar la cupla, que te van a decir que tú tienes que haber hecho algo mal. Hay padres cargando con la culpa de decisiones que han tomado sus hijos. En la Biblia, hay malos padres con buenos hijos, y hay buenos padres con malos hijos. Lo peor que puede pasar es que pienses que lo que te está pasando es culpa tuya. Y si en algo son expertos los hijos es en eso, en echarnos la culpa a los padres de sus malas decisiones. Dicen que son como son, por lo que tú hiciste, por lo que dijiste. Y es triste que llegue el día malo, y lo que tengamos sea este tipo de gente en nuestra vida; gente que nos dice que renunciemos a Dios, como le dijo a Job su esposa. Ante este comentario, Job le respondió:
“10 Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.” Job 2:10
Job resistió ante el comentario de su esposa y ante sus amigos. De la misma manera, tú tienes que aprender a resistir este grupo de personas. Esto es lo que te dice Pablo, en Efesios 6:13; que tomes toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Resiste a aquellos que quieren provocarte a ceder tu relación con Dios por los problemas que estás teniendo. Olvida y aléjate de aquellos que no entienden y no se compadecen de tu dolor. Tú tienes que aprender a estar ahí cuando alguien te necesite. Estamos tan envueltos en nuestras cosas, que se nos olvida que muchos de nosotros no estamos viviendo un día malo, sino un momento difícil; pero hay gente que está viviendo el día malo de verdad, que todo está en contra de ellos, que no saben qué van a hacer.
Job resistió, y dice la palabra que en todo esto no pecó Job con sus labios. El problema del día malo es que no nos damos cuenta que quien extiende el día malo somos nosotros, con nuestros labios, con nuestras palabras, con nuestras malas actitudes. Los días y las dificultades tienen fecha de expiración, de caducidad. Las situaciones a tu alrededor van a terminar en algún momento dado; el problema es cuando llega el día malo y cometemos el error de decir las cosas que no tenemos que decir, porque nos movemos apresuradamente, ignorando el alcance del daño de nuestras palabras. Y lo peor es no tener el arrepentimiento y la capacidad de reparar aquellos errores cometidos, no por el día malo, sino por nuestra reacción dentro del día malo.
La mayoría de lo que tú estás viviendo hoy, no es consecuencia de tiempos difíciles, sino de malas decisiones en tiempos difíciles. Un matrimonio no se destruye por días malos, sino porque, en los días malos, se dice lo que no se debe, y después no son capaces de arrepentirse, de ser lo suficientemente humildes de reconocer su error. Entonces, le echan la culpa al día malo, al problema; pero, si haces esto, terminas echándole la culpa a Dios. Hay quienes le echan la culpa a la iglesia de sus problemas. Pero, dondequiera que hay gente, hay problemas, hay dificultades. Nadie es perfecto, ni en la iglesia, ni en ningún otro lugar.
Tú no puedes vivir con la culpa de las cosas que te pasan. Tú tienes que ser libre de la culpa. El día malo no es porque tú hayas hecho algo mal, no es porque tú seas malo. Libérate de la culpa del pasado. Lo que estás viviendo hoy no es tu culpa. Quizás fuiste responsable, tuviste que tomar ciertas decisiones, pero si hoy te paras firme y declaras que tu día malo va a tener un final, desde ahora todo va a comenzar a cambiar.
Pastor Roberto Ramírez
Tema: Resiste
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