Bendiciones
Si hay algo que Dios ha puesto en tu corazón para hacer, deja de estar buscando tanta confirmación; obedece a Dios, y deja que Él te vaya mostrando, confirmando tus pasos. Es mi oración que hoy tú te muevas en obediencia, para que puedas vivir la vida abundante que Dios tiene para ti.
La vida plena en Dios comienza cuando, con fe, aprendemos a obedecer, aunque nuestros planes se vean interrumpidos. Muchos, cuando planifican, piensan que Dios hará las cosas de alguna manera en específico. Planifican sus vidas de una forma, y ponen su fe en esa planificación. Un día, le entregan su vida al Señor, se hacen disponibles a su servicio, y le dicen: Úsame; sin saber que, cuando Él les usa, sus planes se irán a un lado.
Para vivir una vida plena y de satisfacción en Dios, tienes que olvidar tus planes y entrar en los planes de Dios. Esto no significa que vas a dejar de planificar; planifica, pero cuando llegue la interrupción de Dios a ese plan, acéptala. Dios siempre cambia los planes, y muchos no aceptan esos cambios por miedo al qué dirán, pensando que, si aceptan este cambio, la gente va a decir que no tuvieron fe, que son inconsistentes.
Dios le dice a Abraham que sacrifique a Isaac; luego, cuando está a punto de hacerlo, le dice que no lo haga. Abraham decidió seguir la voz de Dios, y no lo hizo. Si hubiese sido otro, se hubiese puesto a pensar: ¿Habrá sido Dios el que me dijo que lo matara, o el que me dijo que no lo matara? Pero la Biblia dice que, en ambas ocasiones, fue Dios quien dio la instrucción. Él te pidió que hicieras algo y, cuando llegaste a un nivel de fe, te pidió que hicieras otra cosa. Para el mundo, eso puede parecer inconsistencia; para Dios, es obediencia. Por eso no puedes compartir los planes que Dios te ha dado; porque no todos los van a entender.
Mucha gente vive insatisfecha, no viven la vida plena de Dios, por ser inflexibles con su plan; otros, porque viven vidas totalmente irresponsables, sin organizarse y sin planificación. El que vive en ambos extremos, no puede poner a funcionar nada. Necesita haber un balance entre ambas. Así que, planifica y, cuando Dios te hable, si es necesario, cambia el plan y mantente en esa instrucción, aunque Dios tarde años para darte la próxima. Cuando haces esto, comienzas a experimentar cosas que jamás imaginaste.
Pedro jamás pensó que, la primer y segunda vez que él predicara, miles de personas se convertirían. Pedro, lo único que sabía hacer, era pescar; pero, por obediencia, siguió a Jesús, hasta lo último. A pesar de haber cometido errores, y de no saber todo lo que sucedería, por su obediencia, pudo experimentar lo que otros no pudieron ver. El problema de muchos es que, antes de tomar acción y moverse, necesitan conocer todas las cosas; por eso se pasan pidiendo confirmaciones.
Hay dos tipos de cristianos: Los que no se mueven hasta que Dios no les confirme que deben moverse; y los que están tan desesperados por una confirmación que se agarran de cualquier cosa para decir que Dios les confirmó. Mucha gente se encuentra pidiéndole pruebas al Señor para poder tomar acción, sin saber cómo en realidad funcionan las confirmaciones de Dios. La confirmación no es preámbulo para obedecer, sino que siempre es respuesta a tu obediencia. Pedirle a Dios confirmación para obedecer, es pedir pruebas para ejercer la fe, lo que no se podría definir como fe. La confirmación llega después de que crees y obedeces la instrucción que fue dada, lo que te deja saber, paso a paso, que vas por el camino correcto. Esto se puede ver en la vida de María, la madre de Jesús.
"Engrandece mi alma al Señor 47 y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador, 48 porque ha mirado la bajeza de su sierva, pues desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones, 49 porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso. ¡Santo es su nombre,
50 y su misericordia es de generación en generación a los que le temen!" Lucas 1:46-50
Estos versos son la expresión de María, luego haber aceptado el plan de Dios y haber obedecido. María había recibido la confirmación, sin haberla pedido, de que había hecho lo correcto. La expresión que se muestra es la de una joven que tenía miedo, y su miedo fue cambiado en adoración. Cuando aprendes a obedecer, poco a poco, tu miedo se convierte en adoración, porque Dios comienza a confirmar en tu vida lo que te ha dicho, y a marcar el paso en tu camino. Tu miedo se convierte en adoración, porque El plan de Dios se está cumpliendo en tu vida.
No puedes seguir esperando una confirmación para obedecer porque, entonces, no estás teniendo fe. Dios se mueve y se agrada de aquellos que reciben una instrucción y se mueven sabiendo que Él irá confirmando sus pasos en el camino. Solo los que se mueven en fe comienzan a ver la manifestación del plan de Dios para su vida, hasta que se haya completado. Así que, si hay algo que Dios ha puesto en tu corazón para hacer, deja de estar buscando tanta confirmación; obedece a Dios, y deja que Él te vaya mostrando, confirmando tus pasos. Muévete en obediencia, para que puedas vivir la vida abundante que Dios tiene para ti.
Pastor Roberto Ramírez