SI TU PUEDES CREER
Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos. 21 Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. 22 Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos.23 Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. 24 E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad." Marcos 9:22-24
Parecido a la pregunta del padre del joven endemoniado en Marcos 9, en Marcos 1:40 hay un hombre leproso que le pregunta a Jesús: Si quieres, puedes limpiarme. Las dos preguntas más grandes que la gente le hace a Dios para poder recibir un milagro son si quieres, o si puedes. La razón por la cual la gente no recibe sus milagros es por la manera en que piden. Estos dos hombres, inconscientemente, están haciendo a Dios el responsable de lo que están pasando sus familias. Ellos están pensando: ¿Querrá Dios esto para mi vida?
En el momento en que se va a hacer algo, siempre es más fácil decir si tú quieres, porque la responsabilidad de lo que suceda a base de cualquier decisión que se tome, se le pasa a otro. Así hay mucha gente que nunca viven la vida que Dios quiere para ellos porque su incredulidad se basa en si Dios puede, si fuera la voluntad de Dios, si Dios quiere. Así como Jesús les dice a estos hombres, Él quiere darte tu milagro, pero tu milagro sucederá cuando creas que Dios te lo dará.
Con aquellas preguntas, aquellos hombres intentaban transferir su responsabilidad a Jesús. Ellos le estaban queriendo decir: Si mi hijo no sana, es porque tú no quieres; si no sana, es porque no puedes. La contestación de Jesús a su petición de sanidad, en otras palabras, fue: Yo puedo hacerlo y quiero hacerlo, pero ¿y tú? ¿Puedes creer que yo lo puedo hacer? ¿Quieres recibir tu milagro? Jesús les dice: Viniste hasta aquí para echarme la culpa a mí, pero tú eres el responsable de recibir tu milagro. Siempre es más fácil echarle la culpa a Dios, pero nunca se ha tratado de lo que Dios quiere o puede; se trata de lo que tú crees que puede pasar.
Debes saber que tu final no es responsabilidad de Dios, tú eres quien decide. Lo que tienes hoy es producto de lo que has creído que puedes tener, que puedes alcanzar, que puedes lograr. Sabes que hay cosas más grandes para ti, pero no le puedes echar la culpa a Dios por no haberlas alcanzado. No has alcanzado lo que Dios tiene para ti porque no has querido someterte al proceso en el que Dios quiere transformarte y solo estás preguntando si puede o si quiere, diciendo: Es cuando se haga la voluntad de Dios. Dios te va a decir: Yo quiero darte tu milagro, pero está en ti recibirlo.
Cuando Jesús le contesta: Al que cree todo le es posible; aquel hombre le contesta: Creo; ayuda mi incredulidad. (Marcos 9:24) La realidad es que siempre es posible creer, a pesar de las dudas. El problema es que hay gente que cree que debe eliminar las dudas para creer, cuando en realidad solo debe suspender las dudas por un segundo.
Tu vida cambia en un segundo de fe, tu vida cambia en un momento de fe, tu vida cambia en un momento donde tú crees que todo es posible. Lo que hace falta es un segundo en donde, de adentro de ti, salga un: Creo; ayuda mi incredulidad. Lo único que hace falta para recibir tu milagro, para hacer que tu vida cambie, es creer. Todo lo que no ha cambiado en toda tu vida, puede cambiar, con un simple: Creo; aunque después haya cierta duda. Porque, lo que te pone en el lado del destino de Dios para tu vida, es que, por un instante, te atrevas a creer que todo es posible, que puedas creer que algo puede cambiar en tu vida.
Después que Jesús libertó a aquel joven, los discípulos le preguntaron a Jesús por qué ellos no pudieron hacerlo, y Jesús les responde, en Marcos 9:29: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno. Pero Jesús no se refería a que el demonio saldría con ayuno y oración; lo que quiso decir Jesús fue que la incredulidad de ellos era la que no les permitía hacer el milagro y su incredulidad era la se desaparecería orando y ayunando.
El ayuno y la oración harán que tu incredulidad desaparezca, pero lo que hace que tu vida cambie es que, por un segundo, suspendas la incredulidad que hay en tu mente y brinques al lado de lo que Dios tiene preparado para ti. Hoy, cree, por un segundo, que un nuevo matrimonio es posible, que es posible una nueva empresa; y luego ora y ayuna para eliminar la duda. Solo así, lo que te ha ido secando toda tu vida, se convertirá en el testimonio más grande de la gloria de Dio.
Pastor Roberto Ramírez
Tema: SI TU PUEDES CREER
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