Sirve, Pide Dirección, y Obedece
BendicionesEn medio de tu crisis, no permitas que sean tus circunstancias las que determinen tus próximas decisiones; consulta a Dios. Recibe esta palabra.
"3 Y se fue David de allí a Mizpa de Moab, y dijo al rey de Moab: Yo te ruego que mi padre y mi madre estén con vosotros, hasta que sepa lo que Dios hará de mí. 4 Los trajo, pues, a la presencia del rey de Moab, y habitaron con él todo el tiempo que David estuvo en el lugar fuerte. 5 Pero el profeta Gad dijo a David: No te estés en este lugar fuerte; anda y vete a tierra de Judá. Y David se fue, y vino al bosque de Haret." 1 Samuel 22:3-5
Hay varias cosas que queremos resaltar en estos versos. En primer lugar, David le sirvió a su casa y a todos los que estaban allí con él. En segundo lugar, David consulta a Dios. Y, en tercer lugar, David obedece la voz del profeta, la voz de Dios. Cuando nosotros estamos en la cueva de Adulam, hay 3 cosas que tenemos que hacer: Tenemos que seguir sirviendo, tenemos que buscar oír qué es lo que Dios quiere que hagamos, y tenemos que obedecer.
Muchas veces, en momentos difíciles, lo que hacemos es comenzar a despachar a la gente que está a nuestro alrededor. David deja a sus padres en un lugar, los deja acomodados, y esto es parte de su servicio. David no despacha a la gente que está a su alrededor, sino que, de lo poco o nada que tenía, el rindió su servicio a ellos.
En medio de tu crisis, no huyas a tu servicio, a tu llamado. Acomoda a aquellos que están a tu alrededor, sirve, ayuda, y permite que la unción que está dentro de ti fluya.
David consultó a Dios, y dice la palabra que le consultó porque hace tiempo que no se consultaba a Dios, porque Saúl no consultaba a Dios. Uno de los problemas más grandes que tuvo el rey Saúl, por lo cual Dios dijo que no podía seguir contando con él, y lo elimina, es porque Saúl nunca contaba con Dios, no le consultaba a Dios. Esta no es la única vez que vemos a David en un momento difícil, y en esta ocasión le vemos haciendo lo mismo que siempre hacía, preguntarle a Dios lo que tenía que hacer, qué sería de él. David sabía que no serían sus circunstancias las que determinarían su futuro, sino lo que Dios dijera.
Muchas veces, en medio de situaciones difíciles, lo que pretendemos es decirle a Dios lo que queremos que Él haga por nosotros, a dónde queremos que nos lleve; y sí hay momentos de fe en los que nos toca tomar una dirección, pero hay momentos en donde debemos rendirnos a la voluntad de Dios y escuchar de Dios cuál es el destino y el propósito que Él tiene para nosotros. Ese era el momento en que se encontraba David; estaba en la cueva, pero no dejó al lado su liderato, sino que preguntó a Dios lo que tenía que hacer, y le dejó saber a Dios que contaba con él para hacer lo que Él le dijera. Pero, muchas veces, permitimos que sean las circunstancias las que determinen nuestros próximos pasos a seguir. Puedes tener ideas buenas, ideas que pudieran parecer de Dios, pero aun así nos toca consultar a Dios y que Él nos confirme que esas son sus ideas. Consúltale a Dios, como David: ¿Qué va a ser de mí?
En medio de tu crisis, no permitas que sean tus circunstancias las que determinen tus próximas decisiones; consulta a Dios.
Hay un grupo de gente que sirve, un grupo más pequeño que consulta a Dios, y un grupo todavía más pequeño que obedece. Muchos oyen la voz de Dios, pero no obedecen; piden consejo, pero no lo siguen; saben lo que tienen que hacer, pero no actúan. David siempre fue un joven obediente a Dios; no fue libre de pecado, pero fue obediente. Cuando, en el libro de Hechos, habla acerca de la elección de David, dice que Dios consiguió un hombre de acuerdo a su corazón, que haría todo lo que Dios le pidiera. Si algo Dios estaba seguro de David, es que haría todo lo que Él le pidiera. Puede ser que, hoy, tú tengas fe para que Dios haga contigo todo lo que tú le pidas, pero ¿estará Dios seguro de que tú eres capaz de hacer todo lo que Él te pida? En este texto podemos ver que, en cuanto David recibió la palabra de parte de Dios "anda y ve", inmediatamente dice "y David fue".
En los momentos de crisis, tienes que aprender a obedecer a Dios, inmediatamente.
David sirvió, consultó a Dios y obedeció. Si tú quieres salir de tu cueva de Adulam, estas mismas son las cosas que tú tienes que hacer.
David se reunió con 400 hombres que eventualmente salieron de toda deuda; David se encontraba en un momento difícil, como nosotros nos encontramos también hoy en un momento crucial. Estamos creyendo a Dios que, igual que nos levantará a nosotros, levantará personas como tú, que recibirán su milagro, que saldrán de la opresión, de la aflicción, gente que saldrá de sus deudas.
Pastor Roberto Ramírez
Tema: Sirve, Pide Dirección, y Obedece
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