Tu Casa te Sigue, y se Levanta
Bendiciones
Comienza a mostrar tu compromiso, tomando decisiones concretas y completas en tu vida, que les dejen saber a los tuyos cuál realmente es tu convicción. Le pido a Dios que recibas esta palabra.
"13 Y os di la tierra por la cual nada trabajasteis, y las ciudades que no edificasteis, en las cuales moráis; y de las viñas y olivares que no plantasteis, coméis. 14 Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová. 15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová." Josué 24:13-15
Dentro de esta declaración de Josué, ocurren tres cosas al decir "...yo y mi casa serviremos a Jehová" que debes tener presente para tenga valor en tu vida. Josué, como preámbulo a esta declaración, en los versículos 1 al 13, hace un llamado al pueblo a recordar las grandes misericordias de Dios. Lo primero que Dios hace en este preámbulo es comenzar a recordarles todo lo que Él había hecho por ellos. En los hogares, hoy, se pierde la influencia para llevar a familiares a los caminos del Señor, porque todos se acostumbran a tener éxito, a progresar, a tener victorias, y no dejan en claro que, lo que tienen, lo tienen gracias a Jehová.
Enfatizan a sus hijos los estudios, enseñándoles que, si estudian, tendrán mejores oportunidades, y es cierto, pero olvidan decirles que no importando los estudios que tengan, quien les dará la victoria, más allá de los estudios, es el Dios Todopoderoso. Olvidan orar por los alimentos en cada desayuno, almuerzo y cena. Esto parece ser tan simple, pero es importante, en lo poco que hagamos, dejarles saber a nuestros hijos que, lo que están comiendo, no es meramente fruto del trabajo, sino de la bendición de Dios sobre ellos. Hay que dejarles saber que, aun la casa que tienen, por sencilla que sea, también se las ha dado Dios, que sus talentos se los dio Dios. Hay que poner la conciencia de oración en los corazones de tus hijos, para que sepan que todo proviene de Dios y que, si piden al Padre, creyendo, Él les proveerá. Que desde pequeños tengan la experiencia de recibir algo que le hayan pedido a Dios para que entiendan que la oración trae buenos resultados.
Comienza poco a poco, a dejarle saber a tu familia, aunque te digan loco al principio, a recordarle todo el tiempo que todo lo que tienen se los ha dado el Señor. Comienza a orar y que te vean orando, que cuando recibas tu salario, te vean darle gloria al Señor. Cuando vayas a la casa de Dios, lleva tu ofrenda, preséntate delante del Señor y déjales saber a todos que, lo que tienes, es por causa de lo que Dios ha hecho en tu vida. Si quieres que tu casa le sirva a Dios, encárgate de recordarles y de que sepan que, lo que tienen, viene de parte de Él.
Lo segundo que se ve dentro de esta declaración es que Josué, un líder, le hace un llamado al pueblo a escoger a quién servir. Habrá momentos en la vida dónde sentirás la presión del mundo, y tendrás que pararte firme, aceptar el llamado de servir a Jehová, y decir: Escojan a quién servir, pero yo y mi casa vamos a servir a Jehová. Tiene que levantarse un líder en el hogar. Tal vez, si eres dama, pensarás: Es que mi esposo no es creyente; pero, en ese caso, la líder espiritual eres tú. Eres tú la que tienes que comenzar a declararlo a viva voz, intentando no imponerte porque, cuando intentas obligar a tu cónyuge, a tus hijos, sin darte cuenta, pierdes. Comienza diciendo: Yo voy a servirle a Dios, en esta casa vamos a servirle a Dios, voy a hacer todo lo posible por agradar a Dios. Te darás cuenta que, cuando empiezas contigo, la influencia espiritual que ejerces en ese hogar se irá repartiendo poco a poco a los demás. Debes tener paciencia, Dios obra en cada familiar a su propio tiempo, pero puedes tener la seguridad de que Él ha comenzado a trabajar con los tuyos. Mientras esperas, muéstrales a quién tú le sirves, a través de tus decisiones, a través del escogido de tus palabras, de tus emociones, de tu reacción a los problemas, porque todo esto les demostrará tu decisión de servir a Dios. Les vas a demostrar, a través de tu ejemplo y de cómo tus acciones están trayendo bendición a tu vida y también a la de ellos. El decir "yo y mi casa", está gramáticamente incorrecto, pero Josué lo dice porque sabía que, haciendo él primero, su casa le seguiría.
Lo tercero que sucede, es que Josué comienza a provocar que el pueblo tenga que tomar compromisos. Josué se compromete primero, pero luego intenta que el resto del pueblo se comprometa, con actos de compromiso con el Señor; que el pueblo haga cosas que demuestren que de verdad aman a Dios.
Para poder llegar a comprometerte, tienes que pasar por un proceso. Muchos en el hogar no han tenido la fe suficiente, ni el compromiso para ver la transformación de su casa. Quieren el compromiso de su conyugue, de sus hijos, quieren que vayan a la iglesia, que sirvan a Dios, sin antes modelarles ese compromiso. Comienza a mostrar tu compromiso, tomando decisiones concretas y completas en tu vida, que les deje saber a los tuyos cuál realmente es tu convicción. Así comenzarás a ver cómo poco a poco tu casa te sigue y se levanta, en el nombre de Jesús.
Pastor Roberto Ramírez
Tema: Tu Casa te Sigue, y se Levanta
No se encontraron comentarios.
Nuevo comentario
REPORTE MINISTERIAL
Contacto
Naucalpan de Juárez Edo. Méx.
53590 70355459 viol12@yahoo.com.mx