Tu Esperanza es para ti Ahora
Bendiciones
Lo que te da esperanza no es lo que viene, sino lo que ya está dentro de ti, porque Cristo en ti es la esperanza de gloria. Recibe esta palabra para tu vida en este día.
Una de las cosas que debe producir el evangelio en ti, es esperanza. La palabra que oyes, produce fe para justificación y salvación, pero esa misma fe debe producir en ti esperanza. Para muchos, esperanza es tener la idea de un buen futuro, es el creer que tendremos algo mejor en el mañana. Pero el evangelio no produce ese tipo de esperanza.
"La esperanza que se demora es tormento del corazón; pero árbol de vida es el deseo cumplido." Proverbios 13:12
A todo el que se mantiene en espera por mucho tiempo, se le aflige el corazón, y mientras más espera, más difícil es; pero, cuando la esperanza se cumple, produce vida. Cuando hablamos del evangelio de Cristo, lo que para ti es el presente, para las personas del pasado era su esperanza. La esperanza que produce el evangelio en ti, debe ser vida y no tortura en el corazón. Esta esperanza no es sobre algo que se está esperando ocurra, sino que es para el presente.
En Génesis 3:15, se habla la primera profecía de que Cristo vendría, y de que moriría por la humanidad en la cruz del Calvario. Dios le dice a la serpiente que, de la simiente de la mujer, saldría uno que le aplastaría la cabeza. Tan pronto el hombre peca, ahí Dios envía una palabra de esperanza que tardó cuatro mil años. Esta gente esperó mucho, así mismo los que estuvieron cuatrocientos años en cautiverio en Egipto. Diez generaciones murieron en Egipto, todos esperando que se levantara uno que salvaría al pueblo de la cautividad. Y, cuando Dios levantó a Moisés, este comete un error y tiene que huir al desierto, y la esperanza se atrasa cuarenta años más. Por eso, cada vez que Israel estaba a punto de alcanzar una promesa, muchos no lo creían, por todo el tiempo que habían esperado. Lo mismo pasa hoy; hay personas que han esperado tanto, que prefieren quedarse en la espera porque eso les da más paz que la transición que conlleva recibir lo que tanto esperan.
Y así mismo pasó con Cristo; el pueblo de Israel llevaba muchos años esperando al Mesías; hasta la mujer samaritana, que no pertenecía al pueblo de Israel, estaba esperando al Mesías. Los que vieron a Jesús como que el Mesías prometido, no fueron los judíos que tenían la esperanza de la promesa, porque después de haber esperado tanto, no lo podían creer. Por eso, ellos se cuestionaban si verdaderamente podía salir algo bueno de Nazaret. Los que realmente vivieron en este poder del evangelio, en el Antiguo Testamento, fueron unos pocos: Abraham, que por la fe fue justificado; Isaac, que en él se vio a Cristo cuando su padre estuvo dispuesto a sacrificarlo; Moisés, a quien Dios le mostró el camino, o sea que tuvo una experiencia con Cristo.
"Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto." Isaías 9:6-7
Así como esta profecía, hay muchas más anunciando al Mesías. El pueblo de Israel leía estas profecías que les daban esperanza y fuerza para soportar un día más. Esperanza que tendía a demorarse cada vez más y por eso es que el pueblo caía en tentación. En múltiples ocasiones, adoraban a otros dioses, negaban a Dios, porque la espera trae tormento al corazón; pero el que tiene esperanza cumplida, tiene vida. El evangelio es el cumplimiento de esa promesa a nosotros. La esperanza que tienes hoy, no es la esperanza de lo que viene, sino que es la esperanza de Cristo en ti. Lo que te da esperanza no es un mejor mañana, sino lo que se había prometido desde que el primer hombre pecó y que ya se cumplió en tu vida, el Cristo que vive en ti. Tu mejor futuro vino aquí y ahora, cuando le entregas tu vida a Cristo.
El mejor día de tu vida, es el día que Cristo entra a tu corazón. El preso que estaba al lado de Jesús en la cruz le dijo que se acordara de él cuando viniera en su reino, pero Jesús le dijo que, de cierto, ese mismo día estaría con Él en el cielo. Ese hombre recibió en un solo día, lo que muchos habían estado esperando por muchos años. Así mismo ocurrió con la mujer samaritana; mientras ella hablaba de la promesa del Mesías, Jesús le dijo que eso se cumpliría en ese mismo momento. Eso mismo fue lo que cambió el miedo de Marta, cuando Cristo le dijo que su hermano resucitaría, y ella le dijo que sabía que su hermano resucitaría en el día postrero, pero Jesús le dijo que Él era la resurrección en ese mismo momento.
El mejor día de tu vida no es mañana; tu mejor día es el día que le entregaste tu vida al Señor; ese día recibiste liberación a tus problemas, y la promesa de victoria sobre toda circunstancia. Por supuesto que hay que tener fe, y hacer planes para mañana, pero el mejor día de tu vida es cuando, lo que se había prometido por cuatro mil años, se metió dentro de ti. Lo que la gente esperó por muchos años, el día que le entregaste tu vida al Señor, se hizo real esa esperanza en tu vida. Lo que te da esperanza no es lo que viene, sino lo que ya está dentro de ti, porque Cristo en ti es la esperanza de gloria.
Pastor Roberto Ramírez
Tema: Tu Esperanza es para ti Ahora
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