Tú has Luchado, y has Vencido
BendicionesDios te ha escogido para ser bendecido, y todo lo que tú necesitas es un encuentro con Dios, mirar a Dios cara a cara para que tu vida sea cambiada para siempre. Recibe esta palabra.
"28 Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido." Génesis 32:28
En aquel momento, Jacob peleó con Dios y obtuvo una grande victoria; Dios le cambia el nombre de Jacob a Israel, de estafador a príncipe, y en ese momento Jacob declara: Soy libre. Pero, ¿con qué hombres peleó Jacob? Jacob peleó con tres hombres en su vida; hombres con los que, de cierta manera, todos tienen que pelear.
Jacob peleó con Isaac, su padre. La lucha con su padre fue una mental y espiritual; Isaac no quería bendecir a Jacob, aun cuando Dios había dicho que Jacob era el bendecido. Jacob era gemelo con Esaú; Esaú nació primero y, detrás, agarrado de su talón, nació Jacob. En aquellos tiempos, la bendición y la herencia le pertenecían al primogénito, aunque lo fuese por un minuto. Al Esaú salir primero, la ley y la tradición decían que él era el bendecido; pero antes de nacer, Dios le dice a su madre: El segundo es el que yo he bendecido. Es así como Jacob, naciendo segundo, es el bendecido y escogido por Dios. Isaac, por seguir la tradición, aun por encima de lo que Dios había dicho, quería bendecir a Esaú por ser el primero. Aquí Isaac representa a todo aquel que no te quiere dar lo que te pertenece de parte de Dios, la gente que no puede admitir que no son ellos los que van a escoger quienes son los bendecidos, que no son ellos los que tienen el control de nada, ni de nadie.
Tal vez, hoy, sabiendo que eres el bendecido, hay alguien que es favorecido por encima de ti. Imagina nacer y vivir sabiendo que Dios ha dicho que la bendición es para ti, pero siempre, por la tradición y el favoritismo, otro se te adelanta. Imagina vivir sabiendo que tú eres el bendecido por Dios, pero aun así tienes que pelear toda tu vida por esa bendición. Cuánta gente te ha negado lo que Dios te va a dar, simplemente por las tradiciones de los hombres. Cuánta gente te ha negado lo que tú sabes se supone sea tuyo. Esta situación puede dañar y atar tu mente; cuando vives pensando que tienes que pelear con Isaac, tu mente, tu vida, comienza a detenerse.
El segundo hombre con el que peleó Jacob fue Esaú, su hermano, un muchacho que había nacido con todos los privilegios, pero no apreciaba ninguno. Jacob lucha por aquello que Esaú menospreciaba. Tal vez te encuentras en esta situación, luchando por tener algo que otros tienen y que menosprecian. Luego, cuando obtienes con mucho trabajo lo que a ellos fácilmente les llegó, y que han menospreciado, se molestan y te amenazan para acabar contigo. Cuando te ven luchando y avanzando, te quieren fastidiar la vida, y eso puede atar tu mente.
Tú que estás batallando, que estás luchando, que quieres algo que otros no quieren, ¿tú no crees que eso le fastidiaba la mente a Jacob? Piensa en esto, no tan solo sabes que la bendición es para ti y por tradición tu papá no te la quiere dar, sino también está Esaú, que quiere acabar contigo porque estás trabajando y obteniendo lo que a él le llegó fácil y no le importa. Una situación así puede dañar la mente de muchos.
El tercer hombre con el que luchó Jacob fue Labán, su suegro. Labán representa a aquellos a los que tú llegas a sus vidas cuando estás huyendo, y te sacan el mayor provecho posible sin darte ningún beneficio. Jacob llegó a casa de Labán huyendo, y Labán prosperó a costillas de Jacob, y a pesar de haberse beneficiado de Jacob, le hizo la vida imposible. Labán lo que hizo fue aprovecharse de la situación en la que Jacob llegó a su casa. Tal vez alguien se ha aprovechado de ti por la situación en la que te encontrabas cuando te acercaste a ellos. ¿Cuántos han prosperado por tu cuenta y te han manipulado, te han controlado, han sacado el mayor provecho posible? Pero a pesar de haber prosperado a cuentas de Jacob, sin pagarle lo merecido, aun así Jacob fue prosperado, pero mientras más prosperaba más atada tenía la mente. Su mente se ataba cada vez más por la amargura de tener que luchar toda su vida en contra de la gente para obtener lo que Dios había dicho le pertenecía.
¿Cuántos Isaacs, Esaús y Labanes hay en tu vida? ¿Con cuántos te has encontrado? ¿Cuántos se han aprovechado de ti, porque llegaste a sus vidas cuando no tenías nada? Son bendecidos y todo lo que han hecho contigo es manipularte, controlarte. Tal vez te encuentras frente a un problema que se llama Isaac, Esaú o Labán. Unos le quieren dar a otros lo que Dios ha dicho que es para ti; otros te amenazan y te persiguen cuando tú obtienes lo que tienes porque luchas y ellos que lo tienen de manera fácil lo han menospreciado; y otros, como llegaste a sus vidas cuando estabas huyendo, sin nada, se han aprovechado de ti.
Hoy, debes saber que, por encima de todas estas personas, Dios te ha escogido para ser bendecido. Y todo lo que tú necesitas para ser libre del daño que te han hecho todas estas personas, es un encuentro con Dios. Todo lo que te hace falta es mirar a Dios cara a cara para que tu vida sea cambiada para siempre. Hoy, te encontrarás con Dios y podrás declarar como Jacob: Soy libre.
Pastor Roberto Ramírez
Tema: Tú has Luchado, y has Vencido
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