Bendiciones
Tú eres ungido, eres llamado, eres escogido, tienes propósito, y en el nombre poderoso de Jesús, tú saldrás de la cueva de Adulam. Únete a nosotros en este tiempo. Te vas a levantar; algo grande Dios va a hacer en tu vida. Recibe esta palabra.
"Yéndose luego David de allí, huyó a la cueva de Adulam; y cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, vinieron allí a él. 2 Y se juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos; y tuvo consigo como cuatrocientos hombres." 1 Samuel 22:1-2
Cuando David llega a la cueva de Adulam, él llega allí porque había sido ungido como rey. El pueblo que llega allí a la cueva de Adulam lo reconoce como rey, pero la razón por la que David tiene que huir es porque Saúl se entera de esto. De la misma manera, muchas veces, no nos damos cuenta que es el llamado de Dios, la unción de Dios, la que nos lleva a momentos difíciles como los que atravesaba David. No es que Dios traiga momentos como estos, no es que Dios traiga los desastres a nuestra vida; lo que tenemos que saber es que, aunque nos encontremos en la cueva de Adulam, aunque nos encontremos en situaciones difíciles, la razón por la que a veces nos encontramos ahí es porque somos perseguidos por aquellos que saben que hemos sido escogidos para algo más grande.
Saúl dijo que terminaría con la vida de David, y David salió corriendo. De la misma manera, tú te has encontrado en momentos difíciles y has cuestionado por qué, si Dios te llamó, te encuentras en esas circunstancias. Si Dios te llamó para ser empresario, ¿por qué te encuentras hoy en bancarrota? Si Dios te llamó para ser ministro, ¿por qué te encuentras hoy sin templo? Si Dios te llamó a tener una familia, ¿por qué razón te encuentras soltero? Si Dios te llamó para prosperar, ¿por qué te encuentras sin empleo? Tus circunstancias no son las que determinan tu futuro, sino la unción y el llamado que Dios tiene sobre tu vida. Quizás hoy te encuentras en una cueva de Adulam, pero nunca te olvides que tú has sido ungido, tú has sido llamado para algo más grande.
Hoy oramos por ti, creyendo contigo que tú no has perdido la unción, que no has perdido el llamado, el propósito. Hoy, quizás, te encuentras en la cueva de Adulam, pero de ahí Dios te va a sacar.
David estaba en la cueva de Adulam, pero seguía siendo ungido; estaba en la cueva de Adulam, pero seguía teniendo propósito; estaba en la cueva de Adulam, pero todavía seguía siendo un hombre llamado de parte de Dios. Quizás, tú estás con nosotros en la cueva de Adulam, quizás estás en un momento difícil, duro, de dificultad en tu vida, pero eso no cambia el hecho de que tú eres ungido, eres llamado para grandes cosas.
Saúl comenzó a perseguir a David, pero lo persigue, no porque David fuera cualquier persona, sino precisamente porque era un ungido. La persecución que ha venido a tu vida, es porque hay una unción especial que te ha destinado para la grandeza. Quizás pienses que los que te rodean son gente que no te pueden ayudar, pero son gente que van a tomar de la unción que hay dentro de ti y, por causa de ello, también se van a levantar. Tú serás el David de tu familia; tu familia que está endeudada, oprimida, en angustia, por causa de tú creerle a Dios en medio de tu crisis, Dios va a hacer una obra grande contigo, y ellos también saldrán del problema en el que se encuentran.
Tú eres ungido, eres llamado, eres escogido, tienes propósito, y en el nombre poderoso de Jesús, tú saldrás de la cueva de Adulam. Únete a nosotros en este tiempo. Te vas a levantar; algo grande Dios va a hacer en tu vida.
Pastor Roberto Ramírez