Tus Convicciones
Bendiciones
Cuando tu voz es más fuerte que otras voces a los oídos de tus hijos, la convicción del Dios al que tú le sirves, estará presente; tus generaciones van a servir a Dios. Recibe esta palabra.
"6 Esforzaos, pues, mucho en guardar y hacer todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, sin apartaros de ello ni a diestra ni a siniestra; 7 para que no os mezcléis con estas naciones que han quedado con vosotros, ni hagáis mención ni juréis por el nombre de sus dioses, ni los sirváis, ni os inclinéis a ellos. 8 Mas a Jehová vuestro Dios seguiréis, como habéis hecho hasta hoy." Josué 23:6-8
En estos versos, se nos muestra la ocupación que tenía Josué para, más adelante, hacer una declaración como la que vemos en Josué 24:15:
"15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová."
La primera ocupación que tenía Josué era que las convicciones del pueblo se estaban viendo comprometidas. Como familia, como hogar, hay unas convicciones particulares en el aspecto emocional, espiritual, en la manera de dirigir nuestras casas; son unas reglas que gobiernan nuestra casa. Y todos hemos tenido que enfrentar influencias que quieren entrar en nuestros hogares para cambiar nuestras prioridades, nuestras convicciones. Cuando tus hijos son expuestos al mundo, vienen cuestionamientos de por qué en tu casa se hacen las cosas de cierta manera, diferente a como las hace el resto del mundo.
La palabra convicción nos habla de ideas que están fuertemente adheridas a ti. Las familias necesitamos convicciones, necesitamos verdaderamente que, en los corazones de nuestros hijos, esté bien plasmado lo que es servirle a Dios, las cosas que traen fruto a nuestra vida. Jueces 2 nos habla acerca de una generación que se levantó, que no conocía a Dios; había reyes que no conocían a Dios, y familias que, conociendo a Dios, no plasmaron esas convicciones en sus hijos.
Es nuestro deber luchar, con todo lo que podamos, contra esas influencias que llegan a nuestras vidas, pretendiendo robarnos de las cosas que sabemos que son las que traen grandes resultados, y que son las cosas que Dios quiere. Hay cosas que parecen inofensivas, sencillas, simples, y las dejamos entrar. Hoy día hay demasiado acceso a cosas que pueden atacar nuestras convicciones y, mayor aún, las de nuestros hijos; esto, no tan solo en cuando a convicciones morales, sino también convicción en cuanto a nuestra fe. Es nuestro deber inculcar en nuestros hijos la plena convicción de que creerle a Dios, obrar en su palabra, trae grandes resultados.
Abraham, dice la Biblia, que estaba plenamente convencido de que Dios podía hacer lo que había prometido, de que Dios lo iba a cumplir. De igual manera, tú y los tuyos deben estar plenamente convencidos de que Dios ha de cumplir su palabra sobre sus vidas.
Quizás, hoy, estás viviendo momentos difíciles; el enemigo ha querido meterse, tus hijos o tu cónyuge parecen descarriarse. A veces, pasa como a Lot, que pensaba que acercarse a Sodoma no iba a afectar a su familia, pero mientras tú te despegas del Señor, comprometes tus convicciones. Hoy, declara que todo aquello que ha querido venir a contaminar tu hogar, es echado fuera, en el nombre que es sobre todo nombre. Quizás, te ha pasado como a aquel hombre en la parábola; sembraste una buena semilla, te acostaste a dormir, y el enemigo sembró una mala semilla, y ahora hay cizaña. Hoy declaramos que viene el tiempo en que Dios va a separar todas estas cosas, y tu familia se va a ordenar. Permanece firme en tus convicciones, y toda influencia negativa que ha querido traer confusión, y contaminar las convicciones que hay en tu corazón, hoy desaparece.
A veces, nos esforzamos tanto por complacer a la gente, sin tener resultados, pero nos cuesta hacer ese mismo esfuerzo por complacer a Dios, que sí nos da resultados. Nos esforzamos por alcanzar el agrado de la gente, y pretendemos alcanzar el agrado de Dios, con menos esfuerzo. El esfuerzo que pones al deporte, a las amistades, es el mismo esfuerzo que debes ponerle al Señor. El compromiso viene de los padres, pero los padres se cansan porque tienen que trabajar durante la semana; pero es ahí que tienes que poner claras tus convicciones. Lleva a tus hijos a la casa de Dios; esto hace una gran diferencia.
A Josué le ocupaba que sus convicciones, y las convicciones del pueblo, se vieran comprometidas. Dice la palabra, en Jueces 2:10: Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel. Esto mismo pasa en este tiempo, pero tiene por qué pasar en tus generaciones. Tú tienes que levantarte firme, y declarar esas convicciones, enseñarlas. Que tu voz sea más fuerte que otras voces a los oídos de tus hijos. Cuando tu voz es más fuerte, la convicción del Dios al que tú le sirves, estará presente; tus generaciones van a servir a Dios.
Pastor Roberto Ramírez
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