Vivir Para Dar
Lo que me intrigó de él fue la manera tan interesante en que utilizaba una parte de su riqueza. Cada dos o tres meses, él hacía pasar al palacio a cientos de personas pobres de su país. Los conocía personalmente y hablaba de sus necesidades y después, en la mayoría de los casos, él les daba cualquier cosa que necesitaran.
Si necesitaban un auto, les compraba un auto; si necesitaban una casa, él les adquiría una casa; si necesitaban dinero para alguna intervención médica, también se los daba. Él suplía, cualquiera que fuera la necesidad y regalaba miles de dólares y literalmente, millones más en propiedades y materiales. ¿Cabe alguna duda de por qué continúa prosperando su negocio?
Dudo que este hombre árabe practique la fe cristiana, pero los principios que gobiernan el dar son principios espirituales. Funcionan sin importar la nacionalidad, el color de la piel o aún la religión. Si usted da sin egoísmo, le será regresado. Si usted suple las necesidades de otras personas, Dios se encargará de que sus propias necesidades sean suplidas abundantemente.
"“No ha vivido el día de hoy hasta que no ha hecho algo para alguien que nunca lo podrá compensar"
Puede estar pensando: “Bueno, si yo tuviera todo ese dinero también haría lo mismo”.
No, está equivocado en pensar eso porque tiene que comenzar justo en el lugar que se encuentra. Tiene que ser fiel con lo que tiene, entonces Dios podrá confiarle más. Tal vez ahora no tenga mucho dinero que le sobre, pero le puede pagar la comida a alguno de vez en cuando, le puede dar una palabra amable a alguien, o puede esforzarse por orar por alguien que tenga una necesidad.
Ahora es el tiempo de desarrollar una actitud de dar. Amigo, lo que Dios tiene más cerca de su corazón es ayudar a las personas dolidas. A Él le gusta cuando cantamos y cuando oramos, y le gusta cuando nos juntamos para celebrar su bondad, pero nada place más a Dios que cuando cuidamos a uno de sus pequeños hijos.
Jesús enseñó que recibiríamos una recompensa por dar aun una taza de agua a alguien con necesidad cuando dijo: “De cierto os digo que cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mi me lo hiciste”.
Alguien necesita lo que tu pueas dar, y quizá no sea tu dinero; quizá sea tu tiempo; quizá sea prestarles atención; quizá un abrazo animador; quizá su sonrisa para animar. ¿Quién sabe? Quizá como aquel bebé, al poner su brazo alrededor de alguien y al dejarle saber que usted siente compasión podrá ayudar a traer sanidad a su corazón. Quizá usted podrá dar un abrazo rescatador.
John Bunyan, el autor del clásico libro “El progreso del peregrino” dijo: “No ha vivido el día de hoy hasta que no ha hecho algo para alguien que nunca lo podrá compensar”. Tome la decisión que vivirá para dar. Esté al pendiente cada día de alguien que usted podrá bendecir. No viva para usted mismo; aprenda a dar de sí mismo, y su vida será la diferencia para alguien.
Pastor Roberto Ramirez
Siempre leemos los comentarios de cada mensaje. Es un verdadero gozo y un privilegio que Dios nos permita bendecir tantas vidas, aún a la distancia. Compártenos siempre cómo esta palabra ha bendecido tu vida.
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